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Thursday, May 26, 2016

La tradicional repostería es saboreada por potosinos

Había pintura mural en uno de los tabiques demolidos en la Casa Nacional de Moneda. Esa es la afirmación coincidente de hasta cinco funcionarios de ese repositorio que ayer mantuvieron su versión incluso enfrente de su director, Rubén Ruiz.

Los funcionarios convocaron a una conferencia de prensa que se realizó en el mismo edificio patrimonial. Comenzaron a hablar las dos que ya están despedidas, Beatriz James y Shirley Beltrán, pero también dieron su testimonio otros tres. Cuando terminaron, apareció Rubén Ruiz exigiendo ser entrevistado también y repitió la versión que anteriormente dio a este diario: los responsables de la demolición de tres tabiques en octubre de 2010 fueron Beltrán y el curador del museo, José Cruz.

Pero la versión que ameritó la reacción de los funcionarios es la que indica que Ruiz no fue informado que había pintura mural debajo del revoque de por lo menos uno de los tabiques. Beltrán dijo que el hecho sí fue informado y hasta motivó una reunión reservada en la que Ruiz pidió callar lo sucedido. El director mantuvo –y mantiene– la versión de que no sabía nada de la pintura mural pero fue confrontado con el restaurador Daniel Jiménez quien le dijo, frente a los periodistas, que fue él quien le avisó que había pintura mural antigua en los pedazos.

Pero cuando el especialista daba su versión, Ruiz dijo "falso" y pidió que se muestre documentación que pruebe lo que aquel decía así que fue necesario pedirle que permita hablar al entrevistado. "Yo, con lágrimas en los ojos, fui a decirle al director y a reclamarle cómo es posible que no nos hayan informado que estaban destruyendo estos muros porque no nos dijeron nada, seguramente por la prisa y todo eso. Y me dijo, incluso, 'andá a gritar, ps, a la plaza a toda la prensa, andá llamales; a ver, vamos a ver quién sale de aquí porque los directos responsables serían la Sheila y Pepe Cruz'. Entonces yo me quedé pasmado y no hice nada", detalló. Poco antes, esta versión fue ratificada por otro de los restauradores, Edwin Mejía.

Aparentemente, los funcionarios tuvieron tiempo de fotografiar algunos pedazos pero, según la versión de los denunciantes, no se pudo hacer más porque los escombros fueron echados por la noche. Una de las funcionarias, María Esther Ramírez, contó que, cuando los empleados acudieron temprano al día siguiente para ver los escombros, se encontraron con que estos habían desaparecido.

Pese a que fue confrontado con esas versiones, Ruiz repite que no fue informado sobre el tema e insiste en que se le muestre documentación al respecto pero admitió que él tampoco cuenta con un informe documentado sobre los escombros.

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