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Sunday, July 12, 2015

Nuevas miradas históricas se proponen desde la Casa de la Libertad


FRASE

Mario Linares - Casa de la libertad: "Son objetos importantes y enriquecerían este museo y lo convertirían no sólo en un monumento cívico en donde el edificio es el protagonista, sino también un museo de objetos de la cultura nacional".

El proceso independentista boliviano tiene a la Casa de la Libertad como uno de sus referentes más importantes en el país. Ingresar en sus salones y apreciar los vestigios del pasado que se exponen, es visitar la memoria que despiertan estos objetos y apropiarse de su historia.

Esto explica por qué la Casa de la Libertad recibió solo en 2014, a 45,342 visitantes entre nacionales y extranjeros. Quienes buscan acercarse a los testimonios materiales de los hechos que confluyeron en la independencia latinoamericana y la consecuente creación del Estado boliviano.

Pero representar un fenómeno histórico, conlleva la responsabilidad de definir qué elementos se pueden incluir dentro de la narración de los sucesos históricos. Este aspecto aparentemente menor, constituye un reto constante para los responsables de la Casa de la Libertad, que lejos de ser un repositorio de fríos objetos provenientes de tiempos remotos, es el espacio donde estos elementos cobran vida y se articulan como palabras dentro de una oración para contar una historia, en este caso, la historia del pueblo boliviano.

A partir de estas consideraciones se hace patente la responsabilidad que recae en las autoridades que dirigen este museo histórico y centro cultural. Por ello, en tiempos recientes se ha visto la necesidad de emprender un proyecto de ampliación de la Casa de la Libertad que incluye la reformulación del guión museístico que se ha venido elaborando en este recinto cultural, con el propósito enriquecer la mirada de sus visitantes sobre la historia de Bolivia, explica Mario Linares, director de la Casa de la Libertad.

Como parte de estos cambios que vive la Casa de la Libertad, se destacan el colgado de los cuadros de los líderes indígenas Bartolina Sisa y Túpac Katari, que ahora acompañan los retratos de Antonio José de Sucre, Simón Bolívar y José Ballivián, en el salón principal, llamado también, de la Independencia. Y en la siguientes semanas se prevé adherir a esta colección, los cuadros de Juana Azurduy de Padilla y Tomás Katari.

UNA LARGA HISTORIA
Es de conocimiento común el sitial histórico que tiene la Casa de la Libertad como espacio donde se firmó el acta de la independencia, sin embargo este edificio posee una trayectoria mucho más compleja en la forma como se articuló a la vida política de la región, primero en el contexto de la Real Audiencia de Charcas y luego, en el de la joven república boliviana.

El edificio de la Casa de la Libertad data del siglo XVII, originalmente pertenecía a la manzana jesuítica que se alzaba en la ciudad colonial de La Plata, donde el 27 de marzo de 1624 se funda la Universidad de San Francisco Xavier. Desde entonces esta será una de las referencias culturales más importantes de Latinoamérica.

De sus aulas salieron los doctores de Charcas, que en tiempos de la colonia se constituyeron en una verdadera casta política de tecnócratas dedicados a la administración pública, pero ya en las postrimerías del siglo XVIII, también se formaron gran parte de los dirigentes revolucionarios que emprendieron la sublevación latinoamericana contra el colonialismo ibérico, Bernardo Monteagudo, Mariano Moreno o Jaime Zudáñez, son algunos de los nombres más conocidos.

La arquería que rodea el patio de la Casa de la Libertad revela el origen virreinal del edificio, lo mismo que los artesonados del salón principal cuyas características señalan la persistencia del mudejarismo andaluz que se extiende a toda la arquitectura hispanoamericana de la época. Este salón originalmente fue la Capilla domestica de los jesuitas, luego el aula magna de la Universidad y posteriormente fue el recinto donde se reunió el primer congreso constituyente, bajo el nombre de Asamblea Deliberante, que redactó y firmó el acta de independencia de la República Boliviana.

Desde entonces, el edificio fue conocido como el Palacio Deliberante y albergó a los siguientes 31 congresos de la nación hasta 1889, cuando sobrevino la guerra federal y los poderes Legislativo y Ejecutivo fueron trasladados a La Paz como producto de las pugnas políticas entre conservadores y liberales. Ambos bandos políticos sustentados por las oligarquías mineras de la plata y el estaño, respectivamente.

Esta disputa pone en evidencia el peso que tiene el edificio de la Casa de la Libertad para el espacio político boliviano, como símbolo de la preeminencia de una tradición que ubicaba a la ciudad de Sucre como epicentro político del Estado, que luego fue desplazada bajo el nuevo orden económico y político representado por el liberalismo.

Un ejemplo anterior ya pone en evidencia que la Casa de la Libertad es un espacio de disputa simbólica sobre el dominio de la joven república boliviana. En 1848, en medio de la revuelta impulsada por Isidoro Belzu, luego de la batalla de Yamparáez, los belcistas triunfantes ingresaron a Sucre y tomaron por la fuerza el edificio de la Casa de la Libertad, causando destrozos en el recinto en franca expresión de hostilidad a cierta hegemonía de la tradición política boliviana que había regido hasta entonces.

CREACIÓN DEL MUSEO
El edificio fue abandonado durante las siguientes décadas a la Guerra Federal, hasta que en 1939 el general Carlos Quintanilla, Presidente provisorio de la República, dictó un decreto supremo que dispuso a la Sociedad Geográfica Sucre, el cuidado y la conservación del ex Palacio Deliberante, para instalar un museo histórico en sus ambientes.

Desde entonces poco a poco se fue acondicionando el espacio con el propósito de representar una visión de la historia boliviana. Recién en 1975, año del sesquicentenario de la república, realizaron la refacción total del edificio para habilitar el museo de modo permanente. En 1983, bajo el gobierno de Hernán Siles Suazo se dispuso que el Banco Central de Bolivia administrara la Casa de la Libertad como tal, desde entonces se la conoce con ese nombre, escribe el historiador Jorge Querejazu.

PROYECTO DE AMPLIACIÓN
En la actualidad la Casa de la Libertad comprende la sala virreinal, la sala de la independencia, la sala de los firmantes, la sala de los guerrilleros, la sala del Mariscal Sucre, la sala de honor, la galería de los presidentes y la galería de arte “Casa Alzérreca”, que se utiliza para exposiciones itinerantes.

En ellas se encuentran entre otros objetos históricos, las espadas de Ayacucho e Ingavi, la Bandera de Macha y el acta de la independencia, además de mobiliario representativo del periodo colonial y republicano.

Pero a pesar del rico patrimonio con que cuenta la colección que se expone en la Casa de la Libertad, la dirección de este recinto cultural ha emprendido la tarea de reformular el guión con el que se ha trabajado la muestra existente. El propósito es mostrar actores invisibilizados hasta ahora en el relato oficial de la historia boliviana. Este criterio demanda la ampliación de los espacios de exposición con que cuenta actualmente el museo, que además se ha convertido en uno de los centros culturales más dinámicos de la ciudad, como espacio donde se realizan conciertos, presentaciones de libros y exposiciones itinerantes de arte así como de objetos relativos al calendario cívico boliviano, precisa Linares.

Con este objetivo se adquirió el inmueble vecino a la Casa Alzérreca, donde antiguamente funcionaba el comedor de la manzana jesuítica y en tiempos de la república fue adquirido por la familia Inchauste.

Esta adquisición permitirá crear nuevas salas para exponer los cerca de 1.000 objetos que se encuentran guardados en los depósitos, recalca Linares, al añadir que entre ellos se encuentran elementos que permitirán dar una nueva mirada inclusiva respecto de la historia boliviana, que sea acorde con las nuevas visiones emergentes en el país sobre la identidad y la cultura nacionales.

Entre otros, se destaca la poco conocida acta de la independencia que se redactó en 1825 en quechua, así como diversos elementos del pasado prehispánico, como wakas, cerámicas y flechas, pero tambien existen obras de arte del pasado colonial y republicano. “Son objetos importantes y enriquecerían este museo y lo convertirían no sólo en un monumento cívico en donde el edificio es el protagonista, sino también un museo de objetos de la cultura nacional”, aclara Linares.

El proyecto prevé buscar que otros perfiles de la historia boliviana encuentren expresión en la Casa de la Libertad, explica Linares. Por ejemplo, las luchas de los pueblos de tierras bajas o vestigios materiales que permitan conocer la sociología o la economía del país en las primeras décadas de la república.

Para llevar a cabo este proyecto de reestructuración, se ha emprendido la realización del proyecto a diseño final de la construcción del inmueble recientemente adquirido.

“Uno de nuestros objetivos es que lejos de afectar el patrimonio artístico y arquitectónico de la ciudad de Sucre, se nos entregue una obra que contribuya al enriquecimiento del patrimonio, pretendemos que también haya una cierta unidad arquitectónica con la Casa de la Libertad central y con la Casa Alzérreca”, comenta Linares.

Al respecto, Homero Carvalho, presidente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, explica que como parte de la formulación del Plan Operativo Anual para el próximo año, se incorporará el presupuesto necesario que arroje el proyecto a diseño final de ampliación de la Casa de la Libertad, lo que garantizará los fondos para que las obras se inicien a corto plazo.

ORIGEN HISTÓRICO
El edificio de la Casa de la Libertad data del siglo XVII, originalmente pertenecía a la manzana jesuítica que se alzaba en la ciudad colonial de La Plata, donde el 27 de marzo de 1624 se funda la Universidad de San Francisco Xavier.

ESPACIO SIMBÓLICO
En 1848 en medio de la revuelta impulsada por Isidoro Belzu, luego de la batalla de Yamparáez los belcistas triunfantes ingresaron a Sucre y tomaron por la fuerza el edificio de la Casa de la Libertad, causando destrozos en el recinto en franca expresión de hostilidad a cierta hegemonía de la tradición política boliviana que había regido hasta entonces.

VISITANTES EN 2014
Extranjeros 16,160
Nacionales 17,693
Colegiales 11,489
Total: 45,342

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