La viuda del pintor David Angles, la francesa Paula Gil, denunció que el Museo Nacional de Arte (MNA) se apropió de dos obras de su esposo, una de las cuales está perdida, y aseguró que las piezas están en mal estado; la acusación fue rechazada por el director.
“Yo dejé tres obras grandes en el MNA, una de las cuales la doné tras la compra de otro trabajo. Pero el museo ha perdido una de ellas, Memorias de mis ancestros I y se apropió de otra, la segunda en la serie”, manifestó Gil.
Según la viuda de Angles, el repositorio nacional no quiere devolver las obras en cuestión —que pertenecen a la serie Memorias de mis ancestros— y que se presentó una de ellas, que no fue adquirida por el espacio, como propia en una muestra en Viena.
El director del museo, Édgar Arandia, rechazó la denuncia y acusó a Gil de querer “vender a la fuerza más obras” y que el cuadro presentado en el exterior es el que pertenece al MNA. Mostrando su libro de actas a La Razón, el encargado del MNA indicó que en 2009 el centro solo adquirió dos piezas y que el resto fueron dejadas en el depósito por la misma Gil, sin ningún documento o acuerdo.
La viuda explicó que las obras fueron parte de una oferta que ella hizo a la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB) en 2009, tras la realización de una muestra retrospectiva en el MNA. “La idea es que compraran dos obras y yo daría en donación dos más”. Gil también lamentó que las piezas, y las obras del patrimonio del repositorio, sean almacenadas de forma inadecuada.
Mientras que Arandia aclaró que por políticas de la institución, máximo se compran dos obras de un autor. Además aseguró que quieren devolver las obras, pero que Gil no las recoge. Sobre la pieza desaparecida, el director del repositorio declaró que nunca estuvo en poder del museo.
Arandia reconoció que los depósitos y bóvedas de la institución no son ideales, ya que “ya no tenemos más espacio”. Una de las razones es que el edificio del repositorio está siendo refaccionado y que almacenó toda su colección.
“Ya estamos colapsados y no hay centros que nos puedan prestar espacios, ya que centros como el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) están en la misma situación”, indicó. Además, el MNA almacena más de 500 obras de arte incautadas por el Estado a coleccionistas y traficantes que intentaban sacar las piezas del país, lo que reduce todavía más el espacio.
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