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Sunday, January 25, 2015

Museos arqueológicos de Quillacollo se deterioran

Una de las redes turísticas más importantes que comprende los sitios arqueológicos de Piñami, Sierra Mokho y Cotapachi muestran deterioro y dos de ellos no están aptos para la recepción de visitantes.

“Lo que se necesita ahora es gente que se dedique a preservar el sitio (…) Vemos que está como un lugar abandonado Sara Raymi; no hay personal y se están robando las puertas, las ventanas, los focos y los lavamanos”, señaló el responsable de la Unidad de Turismo y Cultura de la Alcaldía de Quillacollo José Vargas.

El sitio arqueológico de Cotapachi donde tradicionalmente se realiza la celebración del Inti Raymi está también olvidado. En el lugar existen problemas de abastecimiento de servicios básicos y la Casa del Inca no tiene puertas ni ventanas e incluso los artefactos sanitarios de los baños fueron saqueados.

El pasado 2014 la Alcaldía de Quillacollo y el Comité Impulsor de las qollqas junto a otras instituciones trabajaron en la recuperación de los depósitos y construyeron 27 estructuras canónicas.

En la época incaica estos lugares servían para el almacenamiento de maíz, estaban ubicados ordenadamente de norte a sur, sumando alrededor de 2.500 silos que originalmente eran de piedra y fueron declarados “Monumento Arqueológico Nacional”. Actualmente ocupan una superficie de 45 hectáreas.

Por otra parte, el museo arqueológico de Sierra Mokho se encuentra en situación similar, los ambientes actualmente no son aptos para la recepción de turistas.

La infraestructura que fue inaugurada en marzo de la pasada gestión presenta daños, los vidrios están rotos y las paredes deterioradas. Tampoco existe personal destinado al cuidado del museo.

Sierra Mokho es uno de los 64 morros arqueológicos grandes del valle cochabambino. Cuenta con una extensión de 4,5 hectáreas y una altura de 6,2 metros y data de hace 3.500 años.

La Universidad Mayor de San Simón realizó estudios arqueológicos acumulando información importante en documentos amplios sobre restos culturales prehistóricos. Entre los hallazgos importantes del lugar se puede destacar la existencia de casas ceremoniales, pisos, fogones, ofrendas y cementerios.

Vargas indica que “en este momento lo que se necesita es que este lugar tenga un poco más de cuidados para mejorar la imagen, además de un portero para que lo cuide y no esté abandonado”.

La situación en el museo comunitario Piñami es distinta debido a que se halla resguardado por los vecinos de la OTB Quechisla. En el lugar se construyó un tinglado, en 2009, para proteger el sitio arqueológico. Además, las visitas guiadas a turistas están a cargo de la arqueóloga Zulema Terceros.

Sin embargo, los vecinos reclaman la conclusión del saneamiento de terrenos y la ejecución de un proyecto para la implementación de ambientes donde funcione el museo.

En el morro de Piñami hay alrededor de 130 tumbas, más de 200 mil fragmentos de cerámica y 300 vasijas. Los entierros hallados presentan formas rectangulares y circulares con ofrendas que comprenden cestería, collares y bienes personales.



Necesidades

Según Vargas el circuito requiere atención inmediata en temas de refacción, además considera que es necesario destinar ítems para la contratación de una persona por sitio que cuiden estas áreas arqueológicas.

La alcaldesa interina del municipio de Quillacollo, Danitza López, afirmó que en el tiempo que dure su gestión gestionará la firma de un convenio con la Universidad Mayor de San Simón para resguardar el circuito arqueólogico del municipio y desarrollar diferentes investigaciones que les permitan adaptar ambientes apropiados para las piezas encontradas.

Por otra parte, se tiene previsto conformar una comisión que se haga cargo de la gestión y de los mantenimientos que requieran estos espacios.



Invertirán 61 mil bolivianos en el morro de Piñami

La Unidad de Turismo y Cultura de Quillacollo aún no ha saneado los terrenos del Museo Comunitario de Piñami, sin embargo tiene presupuestado 61 mil bolivianos para la construcción de ambientes para el funcionamiento de un museo abierto a los turistas.

El proyecto, que aún no está en ejecución contempla también la implementación de un jardín arqueobotánico que albergará plantas y flores nativas, además de salas de exposición donde se muestren las piezas halladas.

“Estamos haciendo el seguimiento necesario para que se pueda adecuar la infraestructura, necesitamos ambientes adecuados al tipo de objetos que se van a exponer, necesitamos gente especializada en el recuento y cronología en el tema de las épocas”, afirmó la alcaldesa interina del municipio de Quillacollo, Danitza López.

Ante la carencia de ambientes adecuados para resguardar los objetos encontrados, la Universidad Mayor de San Simón alberga las piezas halladas en sus bóvedas, hasta la implementación del nuevo museo.



FALTA SEÑALÉTICA EN LOS MUSEOS

En el sitio arqueológico de Cotapachi las señaléticas implementadas están dañadas, los letreros han sido afectados por el sol y las lluvias, motivo por el que las letras ya no son legibles.

A pesar del pintado de piedras que indican los caminos a seguir, existe la falencia de letreros que muestren las rutas, aporten información arqueológica e indiquen las distancias.

En el museo de Sierra Mokho no existe ningún tipo de señalética, ni siquiera el nombre del museo en el ingreso principal. Sin embargo, en el morro de Piñami existen 6 paneles que fueron donados por la empresa de Coca Cola a los vecinos, pero faltan letreros de advertencia en el campo arqueológico.





PREOCUPACIÓN Y DEMANDAS

ZULEMA TERCEROS, ARQUEÓLOGA
“Necesitamos ayuda de las autoridades”

Lo que necesitamos nosotros es que nuestras autoridades nos ayuden, nos han apoyado bastante, hemos hecho la expropiación de los tres lotes, pero sigue en proceso de expropiación (…) Ahora están en el tema presupuestario para pagar por los terrenos para que podamos hacer el museo, sino no se puede hacer nada.



JOSÉ VARGAS, RESPONSABLE DE LA UNIDAD DE TURISMO Y CULTURAS
“Tenemos fondos para mejorar ”

Lo que se necesita es personal porque no tenemos serenos para que no vengan malechores y se roben las puertas, las ventanas y los focos y los lavamanos como estamos viendo acá en Cotapachi. Tenemos presupuesto de la unidad para mejorar esta área (…) que puede ascender a 170 mil bolivianos.

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