Monday, July 3, 2017

Museo Artecampo guarda un legado único en Bolivia


Las mujeres isoseñas guaraníes del Chaco cuentan que es en el sueño donde se les revelan los diseños y figuras, que luego plasman con gran destreza en sus bellos tejidos. Sin esa capacidad de soñar no existiría ese arte que recoge su cultura y su universo mítico.

Ada Sotomayor de Vaca, que investigó y trabajó con las mujeres isoseñas, sabía muy bien de la importancia que tienen los sueños y ella también, en las últimas cuatro décadas, trató de materializarlos. Primero en la dirección del Centro de Investigación, Diseño Artesanal y Comercialización Cooperativa (Cidac) y luego en el apoyo incondicional a la Asociación de Artesanas y Artesanos del Campo (Artecampo).

El último de sus sueños ya empezó a concretarse y días antes de morir (falleció a principios de junio), pudo verlo a través de un video. Se trata del Museo de Arte Originario y Popular de las Tierras Bajas o Museo Artecampo que reúne más de tres décadas de investigación, recuperación y desarrollo artesanal llevado a cabo por el Cidac.

El museo (que se encuentra en el tercer anillo externo, entre la avenida Roca y Coronado y la radial 19) abrió por primera vez sus puertas en la Larga noche de los museos a fines de mayo, pero aún falta que la Alcaldía solvente los gastos de mantenimiento, en los que se ha comprometido, para abrir definitivamente sus puertas al público.

Producto de los artesanos

El Cidac es una Organización No Gubernamental que se fundó en los años 80 y que en sus 37 años de vida estuvo dirigida por Ada Sotomayor, que junto a un grupo de personas realizó un trabajo sistemático, primero de estudio, catalogación, recuperación de toda la tradición artesanal existente en el departamento de Santa cruz y luego de organización con las artesanas ancianas para que estas transmitieran sus conocimientos a las artesanas jóvenes. También trabajaron en la recuperación de la materia prima que se estaba perdiendo y en muchos casos, en la capacitación para la producción.

De forma paralela se dio asistencia técnica para la mejora del diseño, porque la idea no era recuperar toda la tradición artesanal para instalar un museo, sino darle a esas artesanas la oportunidad de recuperar esas habilidades perdidas, ponerlas en práctica, producir de manera sistemática y poder comercializarlas de forma justa en la ciudad. para que esas habilidades, esas sabidurías antiguas se conviertan en un medio de vida digno para las artesanas.

De allí es que nació Artecampo, que actualmente agrupa a 14 asociaciones de 64 comunidades, compuestas en un 90% por mujeres de origen guaraní, ayoréode, guarayo y chiquitano y de las comunidades mestizas de Cotoca, Vallegrande y Los Tajibos, entre otras.

Patrimonio a conocer

El museo que pronto estará abierto alberga una colección de piezas producidas por esas artesanas. Un patrimonio único en el país y que permite revalorizar la artesanía del Oriente boliviano.

“Es necesario mencionar que lo que se muestra en el museo no es más que el fruto del trabajo de mucha gente. Es una construcción colectiva en la que han participado cientos de artesanas, una labor que viene de las bases. Es el trabajo de un equipo alentado por la visión de una persona, que fue mi madre, pero no me gustaría que apareciera ella sola como protagonista, porque no es así ni a ella le gustaría que se dijera eso”, explica Malena Vaca, que junto a su padre el artista Lorgio Vaca se encargaron de mostrar las seis salas que acogen tejidos, cerámicas, pinturas y otras artesanías que son debidamente acompañadas con textos explicativos, el nombre de los autores de las obras y el testimonio de los propios artesanos.

“Queremos que este espacio tenga una función educativa, que la gente conozca lo que se hace aquí en Santa Cruz, porque a veces piensan que los tejidos de Vallegrande son del altiplano. Hay mucho desconocimiento y es importante para que los cruceños se apropien de lo que tienen y lo valoren”, afirma Irene Pita Vaca, que será la encargada del museo.

“A nosotros no nos interesa atraer al turista extranjero, sino al camba y al boliviano. Nos interesa que la gente conozca su cultura y aprecie lo que todavía tiene, que se apropie y se identifique con ella”, dice Malena Vaca.

El Museo Artecampo es un proyecto de construcción permanente, que recién está en su primera fase, las otras se irán desarrollando en los próximos años con el objetivo de constituirse en un repositorio referencial de arte originario y popular de Santa Cruz, pero además es generador de talleres y actividades que contribuyen a difundir el trabajo de los artesanos de la región. Si se concretan todos sus proyectos, será un referente importante no solo en el país, sino también de Latinoamérica. Un sueño que Ada Sotomayor ayudó a gestar y que puede ser hecho realidad con el apoyo de las autoridades y de la sociedad cruceña.

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