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Wednesday, June 21, 2017

El Museo del Tesoro contribuye a aumentar el flujo de visitantes en la Capital de Bolivia



Para la pareja de emprendedores es difícil calcular cuánto invirtieron en el Museo porque desde que pusieron la joyería hace 30 años comenzaron a invertir en adquirir piezas, en hacer viajes por museos del mundo para realizar la investigación, en comprar la casa, en restaurarla y en montar el proyecto.

El Museo del Tesoro, ubicado en la esquina norte de la plaza 25 de Mayo, es un emprendimiento de los esposos Miguel Morales y Gabriela Torricos, el cual lograron cristalizar luego de 30 años. Tiene un alto valor por el conjunto que representa el interesante contenido, el inmueble patrimonial recién restaurado donde está ubicado y la tienda de joyas que es la más grande del Sur de Bolivia.

Su Director, Miguel Morales, aclaró que el museo se constituye en un atractivo de la ciudad que contribuye a aumentar el flujo turístico. “Ese es para nosotros el impacto mayor en la economía”.

Proyectaron el punto de equilibrio para ser sostenibles como museo en tres años luego de su inauguración en septiembre de 2015, vale decir hasta el 2018; sin embargo el flujo de turistas creciente hace que sus cálculos iniciales mejoren, por lo cual expresan optimismo.

Producto original y auténtico

Los propietarios aseguran que el producto de su museo o propuesta museográfica es original y auténtica y su visita incluye la presentación de la histórica casa, que es una joya en sí.

Cuentan con varias salas, la de video, la de la maqueta, la Sala de Plata, la Sala de Oro y la Sala de las Piedras, además del taller y la joyería del museo, que es una tienda de joyas. “Mucha gente, entre nacionales y extranjeros, viene a comprar joyas solamente”, aclaró Morales.

Origen del museo

La idea original data de hace 30 años, cuando la pareja montó la Joyería París y tuvo la oportunidad de adquirir, con el paso de los años, piezas de colección de las cuales Gabriela Torricos no quiso desprenderse.

“Venían personas que querían vender joyas antiguas y libras esterlinas. De ahí surgió la idea de hacer un museo”, enfatiza Miguel Morales.

Pensando inicialmente en un museo de joyas, comenzaron a comprar piezas. Luego se dieron cuenta que detrás de cada joya había muchísimo trabajo, mano de obra e historia, desde la minería hasta su elaboración en manos de orfebres.

“Es así que en vez de un museo de antigüedades se amplió la idea para hacer un museo más tecnológico”, dijo Morales refiriéndose al objetivo del museo de mostrar la joya y todo el proceso que la antecede, explicando además la evolución de las técnicas de la joyería en Sucre.

Después la idea abarcó Bolivia y se amplió para mostrar la minería, toda vez que la economía de Sucre estuvo siempre ligada a la potosina. El museo muestra procesos extractivos de mineral y piedras en regiones diversas del país, que el turista aprecia y disfruta.

Ellos querían hacer algo diferente y no escatimaron recursos viajando a museos de diferentes lugares del planeta e incluso a minas, como a la mina de la bolivianita Anahí, en el Amazonas.

Inversión incalculable

Para la pareja de emprendedores es difícil calcular cuánto invirtieron en el Museo porque desde que pusieron la joyería hace 30 años comenzaron a invertir en adquirir piezas, en hacer viajes por museos del mundo para realizar la investigación, en comprar la casa, en restaurarla y en montar el proyecto.

El nombre del museo

El Museo del Tesoro antes debió llamarse “museo del tapado” porque en Sucre se encontraron varios con libras esterlinas; sin embargo el concepto tan local, no iba a ser entendido por muchos.

Con la idea de reproducir cómo se ve un “tapado”, los esposos pidieron al maestro de obras que hiciera un hueco en la pared para colocar allí una ollita de barro y un cuero de vaca envolviendo las libras esterlinas que fueron adquiriendo de gente que las encontró en sus casas.

Sin embargo, al excavar en uno de los muros, encontraron el arco de un pilar de la arquitectura primigenia y lo descubrieron totalmente para mostrarlo como parte del museo. “Hemos encontrado un tesoro arquitectónico y eso fue definitivo para darle el nombre al museo”, dijo Miguel Morales.

El marketing

Promocionan el museo con folletería a nivel local, nacional e internacional en agencias de viajes y hoteles.

Tienen especial interés en atraer al turista extranjero. Dos veces al año realizan campañas con los colegios.

Igualmente realizan invitaciones directas, sin costo, a directores de medios, periodistas y sus familias para que conozcan el museo y difundan su contenido. Su teléfono de contacto es el 6443366.

También esperan que las autoridades locales y regionales puedan ayudarlos en la promoción a otro nivel.

La joyería del museo

El Museo del Tesoro tiene una de las joyerías más grandes del Sur con una oferta diversa, caracterizada por su calidad garantizada en cuando a la pureza de los materiales y su fina mano de obra.

Otra característica es el bajo costo de sus productos porque tienen convenios directos con las minas, como es el caso de la mina Anahí que extrae la Bolivianita, la de Sodalita o con las cooperativas mineras de oro de Tipuani.

“Los precios son hasta un 25% más baratos que en joyerías de Santa Cruz”, precisó Morales.

Tienen la exclusiva mano de obra de joyeros expertos a los que les pagan por obra o gramo trabajado. Sus productos son en la mayor parte propios y con diseños exclusivos.

Para conocer más

500 visitantes reciben en los meses más altos.

25 bolivianos cuesta la entrada. Hay precios especiales para delegaciones de estudiantes.

Niños menores de 12 años no pagan.

1 hora dura el recorrido.

17 personas trabajan en el museo.

2006 adquieren la casa, logrando unificarla.

Varios millones de bolivianos invirtieron en el museo, incluida la restauración de la casa.

30 años demoró la concreción del Museo del Tesoro.

Teléfono 6443366.

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