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Monday, August 15, 2016

Arte, espacio y tiempo aymara, en el Museo Nacional de Arte Retrospectiva de Homenaje a Víctor Zapana Serna

El Museo Nacional de Arte, en el marco de la reapertura de sus salas permanentes después de haber pasado por un proceso de refacción, restauración y consolidación iniciado en octubre del año 2013, presenta la muestra Retrospectiva de Homenaje a Víctor Zapana Serna - arte, espacio y tiempo aymara. A través de esta exposición se quiere resaltar el trabajo desarrollado por los anónimos indígenas talladores en piedra que hicieron posible la construcción de nuestros emblemáticos edificios Palacio Diez de Medina y Villa de París. En este sentido, se ha centrado el reconocimiento a los escultores en piedra de nuestro país en la figura del fallecido artista Víctor Zapana Serna, uno de los hombres que desde una vida sencilla y comprometida con el arte en Bolivia, ha dejado un legado extraordinario, que gracias al apoyo de su viuda Juana Hannover, su hija Sofía y sus hermanas, y la generosidad de los museos dependientes de los Gobiernos Autónomos Municipales de La Paz y El Alto, se puede mostrar, para engalanar la celebración por los cincuenta años de creación del Museo Nacional de Arte.

A propósito de la muestra la curadora de la muestra, Fátima Olivarez, señala: “De las orillas del lago Sagrado y del pueblo de Copacabana el maestro Víctor Zapana Serna (Copacabana 1926 - La Paz, 1997), nos ha legado la inmortalidad de su arte escultórico en piedra, logrando volúmenes pétreos propios del Universo Andino que se funden en la esencia del hombre y la mujer indígenas en su espacio y tiempo sagrados, develando los procesos íntimos y creativos de este gran maestro”.

En su niñez, al dejar su núcleo familiar se arriesgó a continuar sendero para arribar en La Paz. Su primera oferta de empleo como aparapita –gracias a un protector de uno de los tambos de la calle Illampu– debió ser la huella inicial de realización personal, hasta lograr una nueva experiencia en la planta eléctrica de Zongo, para luego cumplir tareas en la pulpería de la Usina Eléctrica hasta sus diecisiete años.

Junto a su hermano Martín, con quien paseaban y recorrían diferentes barrios paceños, vieron un anunció de “inscripciones abiertas” en la Academia de Bellas Artes “Hernando Siles” en Sopocachi, que le dio la señal de apertura a su formación y realización artística, habiéndose iniciado con obras bidimensionales en diferentes técnicas.

Sus obras dedicadas a la Madre - Andina o la Pachamama, los personajes icónicos del patrimonio inmaterial transformados en materialidad como el Ekeko y los Kusillos, y la gran variedad de cóndores, sapos, toros y otros animales de la fauna de su entorno, tienen significado profundo para la Cosmovisión Andina, cuyas formas perfectas con entrañas concretas –fruto de devastaciones finas y sensibles–, dan fortaleza a este maestro aymara, orgulloso de su raza y su cultura.

Zapana Serna recorrió junto con Marina Núñez del Prado y Emiliano Luján el camino telúrico del movimiento escultórico de la primera y segunda mitad del siglo XX, transmutando el arte de las altas clases sociales, para imponer un estilo propio y tangibilizar que la piedra era la “compañera amante de su creatividad artística”.

Cada proceso creativo seguía un orden y un método: la plasmación del dibujo, para luego moldear la obra en greda, hasta lograr un diálogo permanente entre el martillo y cincel, como si la sensibilidad humana que poseía fuera compañera fiel de su profunda generosidad. Cada obra es la plasmación de las páginas de su vida, que detalla la sencillez del terruño familiar, el amor a su compañera de vida y a sus hijas, la perseverancia en cada tarea creativa, y la esencia heredada de sus padres Enrique Zapana y Simona Serna.

Víctor Zapana Serna es y será uno de los referentes fundamentales de la Escultura en Piedra de Bolivia, que desde muy joven demostró que el texto paisajístico, la vivencia del ser humano y la valoración de la riqueza natural, son su inspiración incontrastable para dejar nacer de sus propias manos cada obra, cada inspiración.

La muestra puede ser apreciada de manera gratuita en el Patio de Cristal del Museo Nacional de Arte (calle Comercio y Socabaya) hasta los primeros días del mes de septiembre.

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