Sunday, September 18, 2016

Secretos bajo el altar del templo de San Francisco

Cada sábado, decenas niños reciben el agua bendita en el altar del templo de San Francisco, en Sucre, para cumplir el sacramento del bautizo y con esto inician su vida como católicos. En contraste, dos metros debajo del altar principal está la Cripta Osario, donde reposan centenares de esqueletos de los franciscanos y personas notables de la Ciudad Blanca que recibieron la extremaunción tras su paso por el mundo. Ahora, esa catacumba está abierta al público.

La cripta fue sellada y olvidada por décadas, hasta que hace 20 años fue descubierta.

"Descansan en ella algunos notables porque está debajo del presbiterio (altar). Según datos de los archivos, también estarían los fundadores de Sucre enterrados en este lugar”, asegura fray Narciso Mamani.

El franciscano tiene la certeza de que en la cripta están los restos mortales de Juan José López de Cepeda, hermano de Santa Teresa de Ávila, y del primer presidente criollo de la Real Audiencia y primer rector civil de la Universidad San Francisco Xavier, el "ilustre” Juan José de Zegobia y Liendo.

A diferencia de hoy, los cuerpos inertes que fueron enterrados en la cripta del templo eran envueltos en sábanas y dejados sobre el piso para no ocupar mucho espacio. Se esparcía cal sobre ellos para dejar preparado el sitio que debía recibir más cadáveres.

En 1996, en los 35 metros cuadrados de superficie de la cripta se encontraron 60 cadáveres de adultos, adolescentes y niños. Los restos óseos fueron desenterrados "con pico y pala, lo que no es la mejor manera”, admite fray Narciso. Los metieron en bolsas y fueron apilados uno sobre otro, sin ningún cuidado, pero se han mantenido hasta ahora. En marzo pasado fueron descubiertos.

La congregación franciscana recaudó los fondos necesarios para habilitar un espacio donde los visitantes puedan admirarlos y "tener un gozo espiritual, orando y meditando sobre lo que es la vida y la muerte”, dice el franciscano Marcos Dubanic. Muchos de los restos óseos se deterioraron con el tiempo y la humedad. "Una gran mayoría se fue fragmentando, llegaron a tener un alto nivel de porosidad y se fueron deshaciendo en las manos”, cuenta la encargada del museo, Andrea Collazos. De las 12.300 piezas, sólo quedan 1.200.

Fray Narciso afirma que para resguardar la salud de los visitantes "vinieron bioquímicos para hacer la purificación (de los restos) porque no sabemos de qué fallecieron”, podían haber tener microorganismos nocivos a la salud. Cuenta que se calcificó los restos para prevenir su resquebrajamiento. Los esqueletos íntegros fueron colocados de la misma forma como se lo hacía hace siglos, pero sin la capa de cal para que sean apreciados por los visitantes.

Unas rejas colocadas sobre el piso cubren las gradas que bajan a la cripta. Su altura no es superior a los dos metros. A los extremos reposan cuatro calaveras, dos por lado. Una de ellas lleva el atuendo de un franciscano.

Al fondo se ve una cruz formada de huesos y en medio, donde debería estar el Corazón de Jesús, se colocó la parte frontal de un cráneo. A los extremos se ve otros dos esqueletos de pie, uno de ellos vestido de fraile. Debajo se halla una fosa, que para poder observarla el visitante debe introducir medio cuerpo.

Estudios recientes afirman que hay otros cinco niveles más por debajo del actual, en los que reposarían más restos mortales, razón por la que se considera al lugar "tierra santa”. Para evitar que los visitantes pisen el lugar se colocó un entablonado.

Los franciscanos esperan obtener mayores recursos para continuar las excavaciones. Presumen que hay tres pasadizos. "Se cree que los túneles conectarían a otras criptas similares. Uno de ellos se presume que lleva al exconvento de los franciscanos, que hoy es el Museo Militar. Ellos tienen una cripta aún no abierta. Los otros dos no sabemos si conecta a otros puntos o a otras criptas”, dice la encargada. Llegaron a esa hipótesis por unas marcas que se ven en la pared, parecen mostrar que una puerta fue cubierta con ladrillos.

Esta cripta es única en Bolivia. Los franciscanos afirman que sólo hay una de sus características en la iglesia de su orden en Lima, Perú.

El ascenso por las gradas lleva a la nave principal del templo, construido entre 1541 y 1548. En los tejados se encuentra el histórico campanario de la Libertad, que ofrece una vista del centro de la Ciudad Blanca.

Después de la visita a la cripta, las rejas se cierran nuevamente y se ve cómo las celebraciones eucarísticas se realizan con normalidad desde las 7:00, de lunes a viernes. Los fines de semana se celebran matrimonios y los sábados, los bautizos de bebés.




Horarios, costos y atractivos del templo de San Francisco

Horarios La cripta está abierta al público de lunes a viernes, de 9:00 a 12:00 y de 15:00 a 18:30. Los sábados, en las mañanas.
Costos Los niños y estudiantes pagan cinco bolivianos; las personas mayores, 10. El ingreso para los visitantes extranjeros es de 15 bolivianos.
Atractivos Los turistas pueden admirar la Campana de la Libertad, que se encuentra en los techos del templo. Ésta repicó en 1825.



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