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Sunday, September 18, 2016

Museo de Tablas Monte. Eslabón histórico olvidado

Desierto, lleno de polvo, con telarañas en los techos y sin energía eléctrica; así encontramos el Museo Comunitario de Tablas Monte, ubicado aproximadamente a 100 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, en el Municipio de Colomi, donde los restos arqueológicos, pertenecientes a las culturas Ciaco y Tiwanacota se encuentran totalmente olvidados y abandonados.

Actualmente, este museo funciona en la escuelita antigua de Tablas Monte, que se encuentra en medio de una “antigua selva”, donde los recursos maderables eran diversos, tupidos e impenetrables; pero, esta estructura pasa desaper- cibida para propios y extraños.

“Lo que necesitamos es que esta comunidad valore, cuide, haga un inventario y registro de lo que se tiene para difundir, enseñar y comunicar a los estu- diantes del lugar y sobre todo a la población, que suele darse un paseo por Tablas Monte, para que conozca y visite el museo, cuya importancia histórica es de gran valor”, dijo el historiador Wilfredo Chacón.

Según el historiador colomeño, el arqueólogo Wálter Sánchez junto a un grupo de investigadores descubrieron que la cerámica encontrada en las ruinas de Rasupampa pertenecen a la cultura del periodo Tiwanacota (400 al 1200 dc) y la época de Ciaco (1.100 y 1550 dc). Estos vestigios de culturas prehispánicas se encuentran en el otrora monte de pie amazónico, donde las culturas tribales del llano se encontraban con los pueblos expansivos del tiwanacotas, mollos, huancaranis e incas entre otros, cuyos indicios y vestigios se han recuperado parcialmente y están a disposición de los visitantes del museo.

DESCUBRIMIENTO

De acuerdo a los datos históricos, el hallazgo y la recuperación de estas piezas arqueológicas que se encuentran en el Museo Comunitario de Tablas Montes data del año 1972, cuando un joven médico que cumplía sus servicios en la comunidad fue informado de la existencia de ruinas en Rasupampa.

El médico transmitió esta información al arqueólogo David Davies y al periodista Ross Salomón quienes visitaron el lugar en 1975.

Salomón sacó una publicación en inglés en el periódico The Daily Mail señalando haber descubierto la legendaria ciudad de “El Dorado”. Desde esa fecha, el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo de la Universidad Mayor de San Simón (INIAM UMSS) la visualiza y registra como un complejo arqueológico.

Posteriormente, un grupo de estudiantes de la carrera de Arqueología de la Universidad de San Simón realizó un estudio e investigación en las Ruinas de Rasupamapa como objeto de estudio. El director de dicha investigación era el doctor Cristen Dall, docente de la universidad de Suecia, quién llevó a Suecia las partículas de un keru (vasija), para someterlas a la prueba

del carbono 14, donde se descubrió que la pieza pertenecía al periodo del Tiwanacu.

LAS RUINAS DE RASUPAMPA

El 22 de noviembre del 2009, miembros del Proyecto Agroarqueológico de Rasupampa inauguraron el museo de Tablas Monte, financiado por la Cooperación Sueca. Este contó con la participación de arqueólogos bolivianos y suecos, quienes trabajaron desde el año 2007 al 2010.

Los codirectores de dicho emprendimiento fueron: Cristhian Insendahl (Universidad de Uppsala), Wálter Sánchez y un grupo de arqueólogos integrado por Sergio Calla, Marco Irahola, Dagner Salvatierra y Marcelo Ticona. El propósito de la creación de este proyecto era comprender las formas, funciones, distribución y cronología de los rasgos agroecológicos de Rasupampa.

Luego de dos temporadas de trabajo campo, el proyecto logró mapear más de ocho hectáreas de terrenos agrícolas prehispánicos y, asimismo, registró al interior de estas unas 600 estructuras o parcelas.

“Son terrazas agrícolas hechas con piedra, muy bien planificadas para realizar la siembra. El uso de esta ingeniería permitía que en la época de lluvia el agua pueda deslizarse, mientras que en la época de sequía este líquido pueda almacenarse, de manera que haya agua suficiente parta los cultivos”, remarcó el historiador Wilfredo Chacón, y también mencionó que se trataba de una técnica ancestral especializada, que permitía una excelente producción agrícola y que ahora podría ser recuperada.

De acuerdo a los entendidos en la materia, sin duda, aún falta profundizar y completar los estudios antropológicos y arqueológicos de las ruinas de Rasupampa, donde se logró recuperar algunas piezas arqueológicas y otras fueron destruidas por los habitantes del lugar, cuando realizaban la siembra de sus cultivos agrícolas.

CENTRO DE INTERCAMBIO COMERCIAL

Según los estudios de los especialistas, en Rasupampa no solo se encontraron vasijas de los periodos Tiwanacota y Ciaco, sino también restos de llamas, utensilios, armas y otros objetos, que eran propios de los habitantes de las alturas, por lo que se presume que Tablas Monte era un lugar de intercambio comercial.

Los caminos prehispánicos construidos con terraplenes y hechos de piedra fueron estudiados por los arqueólogos David Pereira, Ramón Sanzetenea, Ricardo Céspedes, María de los Ángeles Muñoz y Walter Sánchez.

Un camino destacado es el que va de Colomi hacia la zona de Incachaca, que es conocido como Incayan. Este hermoso camino, con muros de contención, escalinatas, desagües simples y dobles, sube desde Colomi (3.300 m.s.n.m.) hacia Abra K’asa (3.976 m.s.n.m.), donde se observan dos paisajes contrapuestos: de un lado, hacia el oeste, el ocre altiplano de Colomi; y del otro, al noreste, los verdes flancos orientales donde se ve reverdecer el paisaje. De este mismo punto comienza el rápido descenso hacia los valles húmedos de Incarrocal, Incachaca y Paracti.

Por los antecedentes encontrados se presume que el lado altiplánico de Colomi fue durante el Incario parte de los pastizales repartidos por Wayna Capac, donde existían llamas que eran utilizadas para el transporte de carga. Es posible que durante el Incario, grandes “tropas” de llamas penetraran incluso hacia los “valles calientes” de Tablas Monte, Corani, Paracti e Incachaca, llevando papa, chuño y carne, trayendo de regreso ají, plumas, locoto, miel, así como plantas medicinales y aromáticas.

El complejo arqueológico en Tablas Monte, un lugar donde la gente habitó por lo menos desde el 400 a.C., se destaca por el sofisticado sistema agrícola que las sociedades prehispánicas construyeron en una zona de alta pluviosidad y donde -además- se realizaba este intercambio comercial.

TABLAS MONTE, SINÓNIMO DE DEPREDACIÓN

De acuerdo a los datos proporcionados por Peregrino Rojas, presidente del Concejo Municipal del municipio de Colomi, el nombre de Tablas Monte tiene origen en el excesivo extraccionismo de la madera que generó a su vez la depredación de la flora y fauna donde habitaban los jucumaris. “Cuando llegó la Reforma Agraria, el año 1952 se fundó este pueblo con el nombre de Tablas Monte porque la gente venía a sacar árboles para llevar la madera hacia Cochabamba, sacaron todo… había árboles grandes de toda variedad”.

Rojas recuerda que en la primera etapa de su niñez, aún se bailaba música del oriente, se formaban comparsas en carnaval y se comían platos con productos del lugar y todas las familias sabían elaborar chicha. “Nuestros abuelos bailaban la danza de los cambitas, había comparsas en carnaval. Antes se hacía chicha; ahora la mayoría son evangélicos y ya no se toma. Tenemos 37 sindicatos agrarios. Gracias a Dios hay lluvia todo el año y produce de todo, lo único que necesitamos es que mejoren los caminos para sacarlos”, explicó Rojas, nacido en el lugar.

Hoy, Tablas Monte es una comunidad pequeña, un sitio donde los visitantes pueden recrear su imaginación avizorando luchas descarnadas a muerte, o simplemente sentir una cerbatana o flecha con veneno y dejar de mirar la luz hasta quedar sin aliento entre selvícolas, que también recibían lo suyo de los “civilizados del Tawantinsuyo”; conquistadores de pueblos y comunidades cuyas armas, instrumentos de tejido y orfebrería, observables en el Museo de la escuelita de Tablas Monte, nos remontan a otras culturas mucho más antiguas que transitaron como nómadas para sedentarizarse en ese entorno por redescubrir…



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