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Wednesday, October 7, 2015

El Museo Nacional de Arte recupera la policromía Barroco Mestiza

El repositorio lucirá, igualmente, colores vivos en paredes interiores. Se hará un cambio de color cada dos a tres años.

El Museo Nacional de Arte (MNA) luce, desde hace dos semanas, un color rojo intenso en su fachada. El reciente cambio, que es advertido y cuestionado por algunos transeúntes, responde a la recuperación de las características policromáticas de la arquitectura barroco-mestiza, según el director de ese repositorio, Galo Coca.

En base a un estudio previo, la decisión se tomó con el propósito de no sólo recuperar la memoria del edificio, como patrimonio edificado, sino también de plantear una situación adecuada para un museo en el siglo XXI. Por ello, el pintado también llegará a las paredes interiores, que se dará en relación a los contenidos museográficos.

Se aseguró que el cambio en el color se dará paulatinamente, cada dos a cada tres años, en esa misma línea.

La reapertura del museo se prevé para el primer trimestre de 2016, en preparación del 50 aniversario del museo, que se celebrará en agosto del próximo año.



ORIGINAL. "El cambio del color surge a partir de los trabajos de mantenimiento que se hacen actualmente en el edificio patrimonial. Se decidió recuperar mucho de la arquitectura original. La volumetría, los acabados y también el color", aseguró el también artista, Galo Coca.

Después de una evaluación para identificar colores utilizados anteriormente en las fachadas, se comprobó que en varias intervenciones se retiraron los colores originales. Por ello, en base a referencias históricas "sabemos que la arquitectura de ese tiempo no era blanca, nunca ha sido blanca. De hecho eran colores bastante vivos, llamativos, y algunos eran trabajados con minerales locales, que se utilizaban como insumo para la preparación de estas pinturas".

Es así que, por referencias históricas, se decidió usar el color rojo indio, "que es uno de los muchos colores que podría haber tenido el edificio".

Esta posibilidad es variable, según las diferentes modas que fueron ocurriendo a lo largo del tiempo, pero al igual que en muchos edificios del casco urbano central, hay evidencias de este tipo de modificaciones de color, tendencia original que fue recuperándose.

Teresa Adriázola, conservadora que trabaja en el museo en pintura virreinal, cuenta en su taller con una gama de pigmentos elaborados y fabricados específicamente para conservación y restauración de obras de esa época. Esa escala fue una base para el pintado. "Tengo un muestrario con colores óxidos, vegetales, de origen animal y naturales. Entonces hicimos una búsqueda de los colores que deberían utilizarse en este tipo de edificaciones", sostuvo.

La implementación se apoyó en investigaciones hechas por el arquitecto Luis Prado, con trabajos en Potosí; además de Elizabeth Torres, en Sucre. "Es un rescate del color, básicamente, porque esto de ver los edificios coloniales blancos es más parte del imaginario. Cuando la gente ve, como en este caso, la fachada de otro color hay un rechazo, pero ya sabemos que históricamente estos edificios eran pintados, tenían mucho colorido por fuera y mucho colorido por dentro, porque en los interiores existía pintura mural en los ambientes y en las áreas sociales".

La arquitectura barroco mestiza se caracterizó por tener una policromía con colores muy llamativo, "encendidos", que eran parte de la estética de la época.

Por la curiosidad en la población, principalmente de adultos mayores, sobre el cambio en la fachada del museo, se puso a disposición de los visitantes dos publicaciones referenciales que hablan acerca de arquitectura de esa época.



50 años cumplirá el MNA en 2016. Se prevé su reapertura en el primer trimestre del próximo año.

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