Los museos son tan importantes en la vida de los humanos que está implantada la carrera de museografía, como el conjunto de técnicas y prácticas a adquirir relativas al funcionamiento de los museos. En este día es vital reflexionar sobre los museos y la impartición de la cultura de visita frecuente a los estudiantes en todos los ciclos, pues los museos despiertan en los niños y adolescentes la imaginación, concebida como la actividad intelectual que realiza el niño y el adolescente para la aprehensión del génesis de un objeto o cosa o la facilidad para formar ideas, proyectos y emprendimientos nuevos.
Esa facultad del alma que necesita ejercicio en los niños les posibilita a representar las cosas reales e ideales y, no se satisface con ello sino que descubre el niño en su mentalidad la extensión de los objetos que observa y se cuestiona cómo han podido suceder las cosas y la elaboración de los objetos; especial ámbito es el museo para el niño, facilitándole la oportunidad para interrogarse a sí mismo y maravillarse sobre la especie humana, además de crear progresivamente un criterio propio, que podrá discutirlo y medirlo en tertulias con sus padres en primera instancia, y su mundo de relación en la escuela y o el colegio.
Es tan importante desarrollar la imaginación en los niños, precisamente porque la humanidad creóse a través de la razón humana, capaz de comprender exhaustivamente la realidad y se dispuso a transformar con arreglo a sus opiniones todas las esferas de la vida cultural, prescindiendo de la historia; siendo esta ilustración falsa debido a que la historia que se encuentra en los museos en sus diferentes especialidades es imprescindible, entonces, reiterando, el niño requiere de esta orientación práctica.
Los niños con las frecuentes visitas a los museos que deberían estar planificadas en un cronograma de actividades anuales en cada curso, pues no hay edad para entender en su dimensión progresiva la capacidad de información y desarrollo de la propia imaginación que se adquiere en un museo; de esa forma ayudamos a los niños a eliminar una posible falta de conocimiento del valor físico y moral de las acciones de las mujeres y hombres que fueron artífices de las obras que observamos en los museos. No visitar un museo es una ignorancia vencible pues sólo son necesarios los estímulos que deben provenir del hogar, de sus maestros en las escuelas y colegios y se torna en ignorancia culpable cuando existe negligencia para adquirir un conocimiento o imaginar su génesis.
(*) Abogado, posgrado en Interculturalidad y Educación Superior, doctor honoris causa, docente universitario, escritor.
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