"Hemos puesto de pie este museo para rendir un justo homenaje y tributo no solamente al soldado boliviano, sino al soldado paraguayo que participó en una guerra injustificada, que enfrentó a dos pueblos hermanos, de alguna manera gestada por las transnacionales por el control del Chaco Boreal", declaró en entrevista con la ABI, el secretario permanente de Cosdep, Juan Antonio Olivera.
Manifestó que se entiende que esa guerra fue una cruel emboscada que el destino le tendió a dos pueblos hermanos, los más pobres en la década del 30 como fueron Bolivia y Paraguay.
Consideró que esos pueblos que tenían un destino común, no tenían una salida soberana al mar, compartían un "calabozo geográfico".
Explicó que el museo fue montado con el apoyo del Ministerio de Defensa y la cooperación de la embajada de la República del Paraguay en Bolivia.
Prueba de ello, señaló que los agregados militares del Paraguay entregaron al secretario permanente del Cosdep, uniformes del soldado paraguayo de esa época para el museo militar, que estará abierto al público por un mes, en horario de oficina desde el lunes a las 11.00.
Olivera agradeció a los familiares de los sobrevivientes de la guerra que también aportaron reliquias como fusiles, cartuchos, uniformes, fotografías de los aviones, metralletas, periódicos, diarios personales de los héroes, caramañolas, botas de combate, bayonetas, granadas tortuga, máscaras de gas y otros objetos.
El también historiador recordó que "pasaron 81 años desde la fecha que selló el fin de la cruenta Guerra del Chaco, en la que se enfrentaron bolivianos y paraguayos en una lucha fratricida por el lapso de tres sangrientos años".
Finalmente indicó que con la apertura del museo se recordará que un 14 de junio de 1935 callaron las armas en las arenas del Chaco Boreal, después de la guerra fratricida, en la que perdieron la vida 100.000 soldados, de los que 60.000 eran bolivianos y 40.000, paraguayos.
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